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Mostrando entradas de 2009

Propósitos presentes

El comentario de Emilio me da la excusa perfecta para el último post del año. Como bien dice Emilio, igual que las pastillas de sacarina, el tiempo, que a veces creemos infinito, también tiene su fin, al menos lo tiene para nosotros. Supongo que hay un momento en el que uno siente que se le va de las manos y que ya no hay manera de dejar las cosas para otro momento, porque comenzamos a desconfiar de que los momentos vuelvan a nosotros. Uno acumula cosas por hacer que al final nunca realiza del todo. Así que los fines de año se llenan de buenos propósitos. El 31 de diciembre es la fecha para soñar en el cambio, en que las cosas pueden comenzar a ir mejor. Esta vez, como Emilio, yo tampoco he hecho propósitos para el año nuevo. Aunque sea por motivos diferentes, ni siquiera me había puesto a pensar en que cambiamos de década. Por lo general uno piensa en lo que no ha sido o en lo que está por venir. Yo suelo ser muy melancólico, y el pasado siempre irrumpe. Me acuerdo de mis padres y de

El objeto infinito

Hoy me ha pasado una de las cosas más sorprendentes en lo que lo llevo de año: se me ha acabado un bote de sacarina de los grandes. Al apretar el mecanismo para que salieran las pequeñas pastillas, nada ha salido de allí. He sufrido un vértigo tremendo. Aunque no os lo creáis, es la primera vez que me ocurre semejante cosa. Siempre he pensado que este tipo de productos no tiene fin. Esos botes están llenos de pastillas, tienen miles. Uno jamás pensarían que eso se pueda gastar. Pero ese inconsciente de infinitud se me ha venido abajo hoy al observar empíricamente que el bote estaba vacío. Siempre intento evitar estos momentos en que las cosas acaban agotándose y pierden por completo su utilidad. Mucho antes de que se acabe el bote ya he comprado otro. Cuando, al agitarlo, intuyo que hay menos de veinte pastillas, el terror se apodera de mi cuerpo y salgo corriendo a por otro bote, si es posible más grande. En ese momento, el anterior es relegado al armario y su contenido nunca se

Déjà vu

Supongo que toca escribir sobre la Navidad. Lo suyo sería escribir sobre los mismos tópicos de siempre, las mismas anécdotas y los mismos argumentos: la banalización de la Navidad, la pérdida del sentido religioso y la conversión en una excusa para el consumo desaforado, o incluso la idea de la Navidad como un tiempo melancólico en el que recordamos a los que ya no están. La verdad es que, por mucho que uno quiera escribir sobre cosas nuevas, no puede dejar de caer en la repetición de lo mismo. Y, pensándolo bien, es precisamente esta idea, la de repetición, sobre la que se debería reflexionar en un tiempo como este. Aunque a veces observemos el curso del tiempo como una estructura lineal, que va desde el pasado al futuro, el mundo se repite constantemente. El tiempo cíclico de las fiestas nos recuerda que hay cosas que nunca cambian, que, por mucho que avancemos, siempre estamos en el mismo lugar. Lo cíclico y lo repetitivo nos sirve también para frenar el vértigo de la historia, el a

No (ha) lugar entrevistado

Con el papeleo y los líos de las últimas semanas, se me ha pasado subir la entrevista sobre este blog que tuvo lugar en La fundación Chirivella Soriano el verano pasado, en el marco del décimo aniversario de Arte10 . La verdad es que lo pasé bastante bien en el encuentro, y creo que se llegó a conclusiones interesantes . Os dejo aquí también más información sobre el resto de participaciones y los demás encuentros en Málaga, Salamanca y Madrid.

Apocalipsis

Sigo pensando lo mismo que hace un año: "la Navidad se parece mucho al Apocalipsis. Más que un tiempo de alegría, parece el tiempo previo al Armagedón. Es el tiempo del gran banquete, de la orgía acústica y lumínica, el tiempo del gasto y el exceso. Comemos hasta reventar como si el mundo fuese a acabarse, cantamos villancicos hasta la extenuación como si estuviéramos espantando algún mal y bebemos hasta perder el sentido para intentar no pensar en lo que se avecina. Es como si lo peor estuviese a punto de ocurrir. Por eso nos aprovisionamos de víveres para varios meses y nos juntamos todos en la casa-búnker familiar, a la espera del momento de la gran demolición."

Noche comunal

La cosa tuvo su aquél. Aunque no estaba en mi mejor momento, al final el resultado fue más o menos digno. La verdad es que tocar después de un músico de verdad, me producía más que respeto. Pero como se ve que a esas horas la vergüenza se disipa, me puse manos a la obra como si tal cosa. Eso sí, advertí a los presentes que podían hacer de todo menos escucharme (hablar, mirar las imágenes, comer). La música debía tener el estatus de ruido de fondo. Y la verdad es que se lo tomaron en serio. Me atrevería a decir que demasiado en serio. No sé si alguien llegó a escucharme tocar. Pero el caso es que eso fue lo que me liberó para soltarme. Cuando fui consciente de que todos estaban "a lo suyo", me pude poner "a lo mío". Y creo que la cosa se me fue incluso un poco de madre. Tanto, que estoy convencido de que tuve la culpa de la accidental clausura del evento. Esto merecería un post especial, pero adelanto aquí algo. Después de mi actuación, llegó el turno de la guitarra

Noche en blanco

Esta semana está viniendo cargadita de actos. El martes, la presentación de cuaderno. Ayer, la charla-presentación sobre la obra de Luis Fernández y el espacio topológico. Y, como no hay dos sin tres, esta noche me he vuelto a dejar liar para tocar el piano acompañando a las imágenes de Óscar Espín. Será en la Fundación José García Jiménez, a partir de las diez de la noche, más o menos, en el marco de su "Noche Blanca de Navidad" . De nuevo, lo que haré será improvisar de memoria las cuatro cositas que más o menos siempre toco. Si no tenéis otra cosa mejor que hacer un viernes por la noche (cosa que dudo), estáis invitados a cava e imágenes con música.

Desnudarse

Al final, la presentación quedó más o menos digna. Ua cosa íntima pero emotiva. El despacho de la galería se había decorado para la ocasión con dibujos de Pividal. El marco favorecía la intimidad y el recogimiento. Yo leí un pequeño fragmento de "Cuaderno de duelo", y, mientras leía, me di cuenta de que se me hacía un nudo en la garganta. Hay textos que cuesta tanto sacárselos de dentro, que luego se resisten a volver a entrar, a ser dichos de nuevo, rememorados, renombrados, restablecidos. Es tremendamente difícil volver a las heridas que aún no han cerrado. Y hacerlo como si no pasara nada. De hecho, creo que no voy a volver a hacer una lectura pública de este tipo de trabajos. Conforme avanzaba la lectura, sentía cómo me iba desnudando progresivamente hasta que el frío de la calle helaba mi cuerpo. Luego, por supuesto, uno vuelve a su sitio y se recompone como si nada hubiera sucedido. Pero eso sí que es ficción. La ilusión de un yo completo que es pura fachada. Por dentr

Presentación de Cuaderno

Por si alguien está aburrido y no tiene que hacer nada el martes 15 por la tarde, os dejo aquí la invitación a la presentación de Cuaderno , el pequeño librito del que ya hablé aquí , compuesto por dibujos de Javier Pividal y textos de Pablo Guitiérrez y un servidor vuestro. El acto será a las 19'00h en la Galería Art9 (Murcia).

Puertas al campo

A veces pensamos en Internet como un nuevo mundo lleno de posibilidades. Y es cierto, pero sólo hasta cierto punto. Por mucho que nos empeñemos los internautas, Internet no es el campo y, contrariamente a lo que algunos piensan, no es tan difícil poner puertas y barreras. Es el mundo real porque sucede realmente, pero es un lugar cerrado y relativamente fácil de controlar. Un lugar bastante parecido a la realidad de la película Matrix, donde hay una estructura nodal y matricial que llega a todos los rincones del sistema. Se trata de un mundo que sólo ahora comienza a ser legislado, porque, hasta este momento, hemos vivido un tiempo muy parecido al de la Conquista del Oeste, la era del Internet libre e indómito. Sin duda, el futuro será muy diferente. Recordaremos con nostalgia los tiempos en los que las descargas eran gratuitas, cuando podíamos ver series y películas sin pagar y podíamos compartir nuestros archivos a través de redes p2p. Esa época libre de Internet está tocando a su fi

Bodas de madera

Cinco años. Cinco segundos o cinco milenios, depende de como se mire. Un instante, o toda la eternidad. Por un lado, tengo la sensación de que todo ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Pero, por otro, parece que esto siempre ha sido así, que este es mi estado natural, el de compartir la vida con womahn. No concibo otro modo de vida. No me imagino ya en mi vida anterior. Ni mucho menos en una vida futura. Tengo la sensación de haber nacido para vivir la vida que me ha tocado vivir. Y que esa vida está sucediendo justo ahora. No antes ni después, sino en el momento presente. Por lo general, uno se pasa la vida entera buscando la felicidad. Y en esa búsqueda de lo que no tiene, a veces olvida lo que ha conseguido. Vivir de modo proyectivo, pensando en un futuro mejor es lo que nos hace avanzar y mejorar. Sin embargo, ese mirar constantemente hacia delante nos hace miopes ante nuestro presente. Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor conduce a la melancolía y evita vivir el present

Redescubrimientos y reconquistas

Después de una semana de aúpa, por fin me puedo sentar con tranquilidad durante unos minutos frente al ordenador para hacer una breve y esquemática crónica de lo que ha sido la semana. Ha pasado tan rápido, que tengo que hacer esfuerzos para recordar: 1) Comienzo las clases de Teoría del Arte en Historia del Arte. Apenas tengo tiempo hasta el fin del cuatrimestre para lo que me ha tocado en liza impartir: la crítica de arte, de Diderot a Baudelaire . Me voy a saltar toda la parte antigua, y voy dar un giro mortal hasta Benjamin Buchloh , que he redescubierto estas semanas. El texto "Figuras de autoridad, signos de regresión" es una de las cimas de la historia crítica del arte contemporáneo. De mayor, quisiera escribir algo así. 2) Logro acabar también el texto para El ángel exterminador , la exposición que comisaría Fernando Castro en el BOZAR de Bruselas. Otro redescubrimiento: el último Buñuel . 3) Me fascina el seminario de Gayatri Spivak en el Cendeac, sobre todo, el

Originalidad

Cuanto más vueltas le doy al problema de los derechos de autor, menos claro lo tengo. Esta semana hemos tratado en clase el arte del apropiacionismo que, precisamente, pone en cuestión la originalidad y singularidad de la creación cultural. A principios de los años ochenta, se hizo patente que la construcción de las obras de arte contemporáneo ya no se regía por la pureza y la individualidad de las propuestas, sino por la superposición de diversos estratos de significado que ponían de manifiesto la ausencia de un original. Había que tomar conciencia de que “debajo de cada imagen hay siempre otra imagen”. Toda una serie de artistas, como Sherrie Levine, Dara Birnbaum o Martha Rosler, entre otros, comenzaron a utilizar el recurso de la cita y el montaje de elementos preexistentes con la intención de anular la presencia de un sujeto individual. Según estos artistas, no había posibilidad de acceso privilegiado al yo interior de los sujetos. Sólo podemos conocer el exterior, la superficie.

Hombre anuncio

En un post anterior hablaba de las marcas registradas como bastión de la propiedad privada. Proponía que nos hiciéramos marca para buscar un respeto que ya no se tiene por las personas. Evidentemente, lo decía de modo irónico. Nada más lejos de mi pensamiento que la idea de convertirme en marca. Sin embargo, creo que éste es un proceso al que estamos abocados. Un proceso que es el desarrollo lógico de la objetualización de lo humano y la humanización del objeto que tiene lugar durante la modernidad. Si hay una tendencia a convertir al hombre en máquina (utopía productivista) y a la máquina en hombre (utopía robótica), existe otra semejante a convertir al hombre en puro objeto de consumo y en dotar al objeto de consumo de propiedades humanas. Hoy ya no compramos coches, teléfonos o ropa; compramos aventura, relaciones y posibilidades de seducción. La mercancía se ha hecho emotiva. Y, por contra, nosotros nos convertimos también en meros objetos o, incluso, en superficies publicitarias.

Diario de duelo

Hoy me he metido de lleno en la lectura del último libro de Roland Barthes traducido por Paidós , Diario de duelo , el volumen compuesto por las notas que el escritor francés escribió durante dos años tras la muerte de su madre, entre 1977 y 1979. Se ha publicado este mismo año por primera vez en Francia y ha provocado una gran polémica , especialmente en torno a la conveniencia de que una serie de notas íntimas se conviertan en un libro cerrado. Es cierto que, a veces, una suerte de compulsión editorial lleva a las librerías cosas que deberían haber permanecido en el registro de lo privado. No sé hasta qué punto eso ocurre con este libro. Hay aquí cosas íntimas, es cierto. Pero, sin duda, se trata de un libro increíble, fundamental para entender el trabajo del último Barthes, en especial La cámara lúcida , a cuyo proceso de gestación se asiste a través de estas páginas. Me ha fascinado. No puedo decir otra cosa. Aunque también es cierto que mi lectura no ha sido ni mucho menos neutr

Brevemente antologado

Logro acabar por fin el texto sobre Manu Muniateguiandikoetxea para la expo de La Conservera. Hacía tiempo que no aprendía tanto. Como decía en el post anterior, me he logrado meter de lleno en el constructivismo. Y he disfutado como un niño con Rodchenko y compañía. Pero me he encerrado tanto, que no he tenido tiempo de dar cuenta de algunas cosas que me han ido sucediendo durante la semana. Por quedarme con la mejor, ha llegado ya a mis manos el libro Por favor sea breve 2, la antología de microrrelatos que ha editado Clara Obligado en Páginas de Espuma. En las páginas de este libro se recoge lo mejor de este género contemporáneo, con autores como Ana María Shua, Fernando Iwasaki, Hipólito G. Navarro o Andrés Newman. Curiosamente, y casi por accidente, se ha logrado colar una microficción mía, "Destino", un pequeño cuento de fantasmas sobre violencia doméstica que la editora ha escogido del libro Demasiado tarde para volver . La verdad es que para mí es todo un honor verme

Constructivos

Llevo una semana enfrascado en la historia del constructivismo ruso. Para ser sincero, nunca me había interesado demasiado en este movimiento. Por supuesto, Tatlin y los demás me parecían interesantes, pero nunca había logrado encontrar la manera de entrarles bien del todo. Pero, con la excusa del texto sobre Muniategui y sus citas a Rodchenko, me he metido a fondo en la figura del artista ruso y en el constructivismo temprano, sobre todo el de 1920-21. Después de leer, entre otras cosas, los textos de Buchloh y, sobre todo, el libro de Maria Gough ( The Artist as Producer: Russian Constructivism in Revolucion , University of California Press, 2oo5), me he dado cuenta de la complejidad y la riqueza del debate intelectual que se produjo durante aquellos años en el mundo del arte. Uno lo piensa bien, y la verdad es que gran parte de los problemas que se han planteado después en el campo artístico ya fueron trabajados y articulados por los pensadores y artistas rusos. No sólo los for

El respeto hacia la mercancía

Sigo flasheado con la manera en la que Ramoncín ha conseguido cerrar el canal que El Jueves tenía en Youtube. Su argumento es que allí aparecían unos vídeos ofensivos que dañaban su imagen pública. Sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con el “cantante” en que hay cosas por las que no se puede pasar. El límite entre la parodia, el comentario y el insulto es bastante difuso. El problema es que ese límite se sobrepasa día tras día. Y sólo unos pocos pueden defenderse. Parece que es necesario tener adquiridos "derechos de imagen" para que se nos tome tan en serio como a Ramoncín. De lo contrario, se nos puede vilipendiar, ridiculizar hasta la extenuación y nada ocurre. Quizá la solución sea registrar nuestros nombres como si fueran marcas, adquiriendo derechos de autor sobre ellos. Y es que es posible que el respeto que se ha perdido hacia la persona se mantenga hacia la mercancía. Sin duda, hay que darle la razón a Michel Houellebeq cuando dice que hoy la única transgr

Bob Flanagan: la muerte como ready made

Esta semana trabajamos en clase la cuestión del dolor en el arte contemporáneo. Como conclusión del problema, he puesto Sick . Vida y muerte de Bob Flanagan , supermasoquista , la película de Kirby Dick sobre la vida de este genial artista americano. La obra de Bob Flanagan se suele utilizar muchas veces para epatar , sorprender y hablar de las barbaridades que llegan a hacer algunos artistas contemporáneos. Un artista que clava su pene en una tabla de madera, que se cuelga de los tobillos, que se hace golpear, que se introduce objetos punzantes en su cuerpo, que se flagela constantemente... es casi un prototipo de excentricidad y locura para todos aquellos que pretenden ver en el arte contemporáneo un terreno abonado para la bestialidad. Sin embargo, si se estudia en profundidad, su propuesta artística y vital, su experiencia del cuerpo y de la enfermedad, es una de las más lúcidas y coherentes de todas cuantas han sido llevadas a cabo por los artistas en las últimas décadas. Pa

Impresiones fugitivas

Después de sufrir la paliza del Cartagena al Murcia de esta mañana, me quito las pinturas de guerra y me recluyo en la lectura. Y nada me viene mejor que emocionarme una vez más con Impressions fugitives (L'ombre, le reflet, l'écho) , el libro de Clement Rosset con el que me vuelvo a introducir en la cuestión de la sombra. Como ya he señalado en alguna ocasión en este blog , Rosset es uno de los pensadores que más admiro. Su teoría sobre los dobles de lo real ha sido tremendamente importante para mí. En este pequeñito libro que estoy leyendo, Rosset analiza una serie de impresiones fugitivas de la realidad (la sombra, el reflejo y el eco) que, para él, no son dobles, sino partes constitutivas de la realidad misma. La sombra no es una imagen del objeto, sino una parte de éste. No hay realidad sin sombra, ni sombra sin realidad. Lo más fascinante de Rosset es su prosa hipnótica y su manera particular de analizar los problemas, siempre a través de pequeños libros que parece decir

Silencio

En 1952, John Cage sorprendió al mundo de la música con 4’33”, una obra que presentaba cuatro minutos y treinta y tres segundos de silencio. Compuesta en tres movimientos (30’’, 2’23’’ y 1’40’’), la pieza reflexionaba sobre la figura musical “silencio”, y no sobre el silencio puro. En la sala de conciertos no había un silencio absoluto, sino que se escuchaban toses y algún que otro rumor de fondo. Cage era consciente de esto, y, de hecho, una de las claves de la obra es la diferenciación clara entre el silencio de la composición (de la música) y el silencio de la sala (de la vida). Precisamente, el año anterior Cage había intentado buscar el silencio puro en la cámara anecoica de la Universidad de Harvard. Sin embargo, durante el tiempo que permaneció allí, en total aislamiento de los sonidos del mundo, no pudo encontrar el silencio absoluto. Es más, advirtió que podía escuchar dos tonos o vibraciones, uno alto y otro bajo, los tonos del sistema nervioso y del sistema circulatorio. No

Tentar la suerte

En Murcia hay buena gente. Hoy lo he vuelto a constatar. Además, el porcentaje es bastante alto. De lo contrario, a estas alturas estaría ya sin moto. Y es que hoy, por tercera vez consecutiva en menos de una semana, me he vuelto a dejar las llaves puestas en la moto. No sé exactamente la razón, pero desde que me compré la nueva moto, tiendo a dejarme las llaves en el arranque o en la cerradura del maletero. El problema viene después, cuando intento buscarlas por los bolsillos y por la mochila y no logro encontrarlas. Ayer removí prácticamente toda la casa hasta que decidí usar las de repuesto. Sólo cuando fui a coger la moto, alguien salió del bar frente al que la tenía aparcada y me dijo, mostrándome un llavero que reconocí al instante, que si aquellas llaves eran mías. Por supuesto, le dije que sí y le di las gracias más de mil veces. Hoy ha vuelto a suceder algo igual, pero frente a una zapatería. De nuevo, el dueño del negocio, al verme buscar las llaves por todos los lados, se h

Más textos

Entre clase y clase, intento meterme de lleno a trabajar en un texto sobre Manu Muniategiandikoetxea , sin duda uno de los pintores más lúcidos e inteligentes del momento. A veces, trabajar a fondo sobre un artista concreto viene bien para introducirse en cuestiones que, de otro modo, sería más difícil llegar. Ahora vuelvo a la geometría, la construcción , las relaciones entre pintura y escultura, y sobre todo a la idea de reflejo, sombra, resto y huella. Después de pasar unos días leyendo lo que se ha escrito sobre el pintor, me sumerjo ahora otra vez en Clement Rosset y sus imágenes del doble: por un lado, las "impresiones fugitivas"(sombra, eco y reflejo), y por otro, las " fantasmagorías " (pintura, grabación y fotografía). Con eso ya tengo, como poco, para el párrafo del comienzo. Las otras quince páginas ya veremos cómo se llenan.

Celebración

Después de pasar el fin de semana recluido (con la excepción del tránsito al cementerio), logro acabar el texto sobre Carlos Schwartz para la exposición del TEA. De nuevo, me dejo muchas cosas en el tintero, pero al menos esbozo una serie de intuiciones sobre la cuestión de la luz en el arte contemporáneo, algo que siempre me había interesado. Nada más enviarlo, entro en la página de la ANECA y compruebo que mi acreditación como contratado doctor es positiva. Otra cosa hecha. Para celebrarlo, después de hablar dos horas seguidas en clase sobre los burdeles y el mundo de la noche, me meto a la librería sin rumbo fijo, es decir, del peor modo posible, porque todo es apetecible. Y es de esta manera que he vuelto a casa repleto de material para las próximas semanas. Entre las cosas que han caído: Pensar la muerte , de Jankélevich ; Teoría de la imagen , de W.J.T. Mitchell ; La mirada social , de Alain Tourane ; y Cómo saborear un cuadro , de Victor Stoichita . Eso y, por supuesto, Air

Una imagen

Tarde de cementerio. Regreso al pasado. Saludo a vecinos de la infancia. Me abrazo con mis hermanos. Pero delante de las lápidas de mis padres no logro sentir emoción alguna. A veces pienso en ellos y me retuerzo por dentro. Pero no allí. Allí ya no hay nada. Sólo un nombre y una fecha. Y huesos, pero eso prefiero no pensarlo. Porque eso está al otro lado, detrás, en el lugar al que no llega la mirada. Por eso pienso que ahora allí hay signos, letras y números. Sobre una piedra. Letras y números sobre una piedra. Por eso allí no hay emoción alguna. Porque el nombre ha perdido su poder de nombrar. Nunca he querido que allí hubiese foto alguna. He preferido dejar tan sólo el nombre, consciente de que así el dolor de la visita iba a ser menor. Pero parece que he perdido la batalla. Los demás quieren la foto. Así que el próximo año, allí también estará la imagen. Una imagen capaz de quemar en las entrañas. Porque la letra ya no duele. El nombre ya no tiene cuerpo para posarse. Pero el año

Tirar la piedra y esconder la mano

En los últimos días, este blog ha recibido un comentario anónimo cuya única intención era contribuir al embrollo y al falseamiento de la realidad, cuando no directamente a la denigración personal. Y, por supuesto, lo he borrado. Lo digo por si el autor no lo ha encontrado en la noticia correspondiente. No es un fallo técnico. Es una cuestión ética. Mi blog lo controlo como me da la gana. Exactamente igual que en mi correo elimino el spam , en el blog borro los comentarios basura. Y basura aquí significa publicidad, pero también insulto, falta de discreción o simplemente cualquier cuestión que me pueda resultar ofensiva o inadecuada. A veces creemos que el blog es un espacio absolutamente público y democrático en el que tenemos que soportar cualquier tipo de reacción. Y por aquello del qué dirán, llegamos a aguantar algunas cosas que no soportaríamos en la vida cotidiana. Yo, desde luego, no estoy dispuesto a hacerlo. Y si a mi casa invito a quien quiero, aquí sólo admitiré comentario

Cuaderno

Recibo unos cuantos ejemplares de Cuaderno , un librito con dibujos de Javier Pividal y textos de Pablo Gutiérrez , el propio Pividal y un servidor de ustedes. La verdad es que el libro es una pequeña joya. Los dibujos de Pividal son sencillamente impresionantes. Y los textos funcionan a la perfección. Parece que hayamos estado trabajando en conjunto durante años. De hecho, no es tan fácil distinguir de quién es cada texto. Sin haberlo pretendido, se ha logrado un mimetismo entre los tres que hace que el libro sea un todo integrado. Además, diseño elegante y casi transparente, da lugar a un libro íntimo y afectivo que anima a sentarse en el sofá y pasar la tarde o la noche recorriéndolo una y otra vez. Son trescientos ejemplares, numerados e intervenidos a mano por el artista. No creo que el libro se vaya a distribuir por los canales habituales, aunque con toda probabilidad pueda recalar en las librerías de los museos, y en Murcia, por supuesto, en Diego Marín . Y eso sí, esta ve

Redes de arte

Buenas sensanciones en el encuentro Redes de arte organizado por Arte10 el pasado sábado en la Fundación Chirivella Soriano de Valencia. A mí me tocaba hablar de este blog como ejemplo del modo en que se han transformado las vías de conocimiento y comunicación sobre arte en la Era de Internet. Salieron muchos temas a debate. Tantos, que merecería ir uno por uno desgranándolos. Algunos de ellos ya han sido más o menos trabajados en algunas entradas del blog, aunque nunca con detenimiento. Los enumero aquí para que no se me olviden, y prometo volver sobre ellos en los próximos días: - La cuestión de la privacidad: los diferentes umbrales de intimidad y su transformación a través de la exposición pública a través del blog. - La relación entre mundo real (físico, tangible) y mundo virtual (inmaterial, simulacral): la falsa creencia de que lo real y lo virtual son universos separados. - La idea de libertad y de alternativa a los medios de comunicación tradicionales, así como los mecanismo

El bebedor premiado

Después de días de manipulación periodística, hoy amanezco con una buena noticia: El bebedor de lágrimas ha resultado ganador de la primera edición del premio que concede la Fundación Lázaro Galdiano al mejor libro de arte editado en España en el año 2008. El libro, que contiene la historia de un ser que bebía las lágrimas de su amada, fue ilustrado por el artista Javier Pérez con veinte serigrafías que literalmente quitan el hipo. La edición cuidada, el diseño, el prólogo de Mieke Bal, la historia y las serigrafías han sido valoradas por el jurado para la concesión de este premio. Un reconocimiento que, si soy sincero, contribuye a subir algo el ánimo después del malentendido intencionado que ha “montado” el diario La Verdad. Así es que hoy estoy de celebración, que a veces también toca.

Contra la manipulación

Observo sorprendido la desfachatez con la que el diario La verdad manipuló ayer la información de mi salida del Cendeac . Manipular no sólo es falsear o retocar, sino también colocar-entre, situar, recortar. Susan Sontag advertía ya que incluso la fotografía, sinónimo durante un tiempo de lo verdadero, podía ser manipulada a través del enfoque o el encuadre. Con la información pasa exactamente lo mismo. Depende de cómo y dónde se coloque una noticia, su significado es diferente. El contexto nunca es neutro. En este caso, el periodista, Julián Mollejo , ha colocado deliberadamente la noticia en un lugar que puede llevar (que, de hecho, lleva) a la confusión, en medio de una polémica con la que la noticia no tiene nada que ver. Y ha llegado incluso a falsear la realidad, situando en la portada del diario de ayer el siguiente titular: “Dimite un alto cargo de la Consejería en plena polémica”. Se trata de un titular absolutamente falso. Ni soy alto cargo (más lo hubiera querido, sobre

Bye-bye, Cendeac

Por si hay alguien que aún no se ha enterado: sí, hace unas semanas que dejé la dirección del Cendeac . Como sabéis los asiduos del blog, el próximo semestre salgo para Williamstown a disfrutar de una beca de investigación en el Clark Art Institute , un remanso de paz y sabiduría. Por este motivo, he tenido que concentrar toda la docencia de la Universidad de Murcia en este cuatrimestre. Y esto, sumado a los compromisos varios de textos y conferencias, me ha dejado apenas sin tiempo para mi labor en el Cendeac , con lo que me he visto obligado a tomar la decisión incluso antes de lo que tenía previsto. De todos modos, es algo que ya veía venir. Desde hace algún tiempo, sentía la necesidad de dejar la gestión para dedicarme en cuerpo y alma a la escritura, la investigación y la docencia. Es decir, a lo que me gusta de verdad. Y es que la gestión tiene su aquél, pero puede acabar mermando el lado creativo. En la vida hay momentos para todo. Durante un tiempo, uno tiene que tirar hacia

Mis dos mundos

Hace una semana hablaba Enrique Vila-Matas de Mis dos mundos , el libro del argentino Sergio Chejfec publicado por Candaya. Después de la SELIN de Blanca, era una de las lecturas que tenía pendiente sobre la mesita de noche, así que la recomendación de Vila-Matas acabó por convencerme. Y la verdad es que el libro es del todo fascinante. Tan fascinante como difícil de situar en algún género. Es una especie de crónica de un viaje a ninguna parte. A una parte que está más dentro que fuera del sujeto. El escritor describe el tránsito por un parque de Brasil, pero, más allá de eso, se trata de una reflexión sobre la condición del sujeto contemporáneo. Me ha recordado a Sebald y a Peter Handke. Incluso al propio de Vila-Matas. En cierto modo, Mis dos mundos podría entenderse como de ejercicio de psicogeografía, una cartografía de los espacios a través de la psicología del individuo que los transita. Sociología reflexiva, filosofía personal y narrada. El libro tiene momentos memorables, co

FlashForward

Esta tarde nos hemos metido entre pecho y espalda los primeros cuatro capítulos de FlashForward . Mientras vuelve Lost , y en los intermedios de Big Bang Theory , necesitaba algo así para engancharme. Cada vez tengo más claro que es en las series donde se conserva el arte de contar historias. El cine, salvo muy escasas excepciones, se ha convertido en un lugar para el virtuosismo de la imagen. La episodiedad y progresión de las series nos dejan argumentos complejos, personajes que realmente evolucionan con sentido y, sobre todo, historias y tramas que realmente trasladan, mueven y producen una catarsis en el espectador. Sin duda, FlashForward , inspirada en la novela homónima de Robert J. Sawyer, pertenece a este tipo de historias.

La era del strip-tease total

En más de una ocasión he hablado aquí sobre la erosión de los límites entre espacio público y espacio privado. Sin duda, se trata de una de las cuestiones estrella de nuestra época. Hace unos días, escuché en un noticiario el resultado de una encuesta que decía que la gente está más cómoda en las calles que son vigiladas por cámaras de seguridad que en las que no lo son. Se sacrifica la libertad y la privacidad por la seguridad. En el mismo noticiario se hablaba también de los nuevos scanners de personas del aeropuerto de Manchester, que muestran al individuo completamente desnudo. Sólo algunos valientes se atreven a entrar. Los demás prefieren seguir quitándose los zapatos y el cinturón. Todo esto me hace pensar que nuestra era bien podría ser calificada como la del strip-tease total. Un strip-tease en el que, sin embargo, la desnudez es lo de menos. Hace unas semanas escuché al poeta Juan Bonilla recitar un poema sobre la intimidad en nuestro tiempo. El poeta mostraba su interior rev

Sebreli

Preparando las clases de mañana sobre el primitivismo en la vanguardia, vuelvo otra vez sobre un libro de Juan José Sebreli y me quedo de nuevo aprisionado entre sus páginas. Me pierdo en él durante unos minutos. Releo algún pasaje. Y comienzo a sentir la necesidad de afirmar que Las aventuras de la vanguardia (el arte moderno contra la modernidad) es el libro que más ha transformado mi visión del arte del siglo XX. Con algún que otro fallo históriográfico, este libro sigue siendo una de las joyas de la historia del arte moderno. Llegué a él por pura casualidad. Lo encontré en la Biblioteca de la Universidad y desde entonces su visión de la modernidad y la cultura moderna se me ha hecho tan cercana que ya creo que la he adoptado como propia. La modernidad como un tiempo racional y secularizador frente al cual se enfrenta el arte moderno: irracional, esotérico y reaccionario. Otro libro más reciente, El olvido de la razón (un recorrido por la filosofía contemporánea) , explora esa mism

Fiebres

Después de tres días de fiebres altas, por fin consigo sentarme frente al ordenador. No ha sido la gripe A, sino la puñetera garganta, que siempre, por esta época, se pone farruca. El caso es que el cuerpo se queda como si te hubieran dado una paliza con el bate de los Malditos Bastardos. Y la cabeza, no os quiero ni contar. Eso sí, hay un momento, que suele ocurrir durante la segunda noche seguida de no bajar de 39, en el que el delirio se convierte en lucidez y pasan por la cabeza los pensamientos más insospechados. La mente funciona con una lógica totalmente diferente, de modo mucho más libre y creativo. Si uno tuviera fuerzas para levantarse de la cama y ponerse a escribir, los resultados serían asombrosos. Esta vez lo intenté, pero el cuerpo no estaba para muchos trotes. Así que de nuevo, todo quedó en agua de borrajas, o en sudores nocturnos y febriles. Por experiencia, sé que es posible conseguir ese estado de creatividad febril a través de la sugestión. Sugestión fisiológica (