Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2016

Aquí y ahora (Diario de escritura) 3

[Publicado en  Eñe. Revista para leer, 10/8/16 ] Lunes 1 de agosto Salís temprano hacia Alhama de Aragón. Vais a pasar una semana en un balneario. Esas van a ser vuestras vacaciones. Siete días en albornoz, entre aguas termales, parafangos y masajes. Has viajado demasiado este año y necesitas descanso de verdad. Sin aviones, sin estrés, sin preocuparte siquiera por dónde comer. Siete días sin hacer absolutamente nada. Silencio, agua templada y lectura. Llegáis a las cinco y media de la tarde después de seis horas de viaje. El hotel en el que os hospedáis ha sido reformado pero aún conserva la estructura original del siglo XIX, los grandes salones, las lámparas, el suelo, el antiguo piano…, es como viajar en el tiempo. Todo tiene un punto decadente que te resulta inspirador y melancólico. Y no puedes evitar imaginarte como el personaje de alguna novela centroeuropea de principios de siglo. Un Hans Castorp en los Alpes suizos, filosofando sobre el sentido de la vida mientras el

Aquí y ahora (Diario de escritura) 2

[Publicado en Eñe. Revista para leer, 3/8/16 ] Lunes 25  de julio Despiertas acatarrado. Demasiado aire acondicionado. Demasiado sudar y congelarte. Con dolor de cabeza y garganta, te sientas ante el ordenador y comienzas a escribir desde bien temprano. Esta novela es diferente a todo lo que has escrito. Ya no hay artistas ni genios atormentados. Ya no hay lugares distantes y mundos ocultos. Sólo un crimen real. Y una historia cercana. Nada que ver con las historias que supuestamente sabes escribir. Estás ante un abismo. Incluso en el modo de escritura. No hay una planificación, no hay una estructura. Al menos no de momento. Y sólo escribes fragmentos, ideas, escenas que ya ensamblarás más adelante. Siempre has escrito con mapa. Ahora escribes con brújula. La historia la conoces. Está en tu cabeza. Pero el modo de transitar por ella aún no se ha mostrado. Simplemente deambulas, esbozas imágenes, recuerdos y posibilidades. Agradeces que por fin haya aparecido la aplicación de S

Diálogos entrecortados.

–Oye, ¿qué te pasa, qué ya no te pasas por aquí? –Ay, lo siento, llevo unos meses... –Sí, lo sé, pero eso no es excusa. Tienes esto que se cae por todos los lados. ¡Actualízalo, hombre! –Ya. No tengo remedio. –No lo tienes. También te cuesta poco. Con que linkearas los post de tu nuevo diario te valía. –Si el caso es que lo había pensado. Incluso dejé escrito que iba a hacerlo. –Coño, pues hazlo. Lo que no puede ser es que te comprometas y luego pases de todo. Como seas así con todo en la vida... –No me hagas sentir culpable, que harto cargo tengo ya yo. –Tampoco será para tanto. –Bueno, cada uno tiene lo suyo. –Ya, pero lo tuyo me lo sé yo de antes, no te hagas la víctima, que eres un puto quejica. –Oye, sin insultar, que para un día que te dejo hablar no te consiento que me levantes la voz. –No te la levanto. Además, yo no te insulto. Eres tú, que interpretas mis frases como te da la gana. –Hombre, no me irás a decir que "puto quejica" no es un insulto. –Oye,

Aquí y ahora 1

[Publicado en Eñe. Revista para leer, 27/07/2016] Comienzas. De nuevo. Otra vez. En segunda persona. Regresa el tono. Regresa el presente cortante. Te habías prometido dejarlo. Dejarlo después de Ithaca. Dejarlo después de verte obligado a escribir. Pero hay algo que no te deja a ti. Necesitas escribir. Son tus dedos. Se mueven solos sobre el teclado y comienzan incluso antes de que tú les des permiso. O sí. Claro. Permiso. Se lo has dado mucho antes. El cuerpo, por delante de la razón. Siempre. El cuerpo piensa. Los dedos escriben. Después estás tú. Pero sólo después. Necesitas un título. Uno nuevo. Ahora. Ya no más  Presente Continuo . Ha finalizado aquel tiempo sin pausa. Ya no más  Diario de Ithaca . No hay ahora un espacio diferente y exótico. Estás en casa, detrás de la ventana, encerrado en tu habitación. Se han acabado las grandes aventuras. Sólo quedan lecturas, noches largas y sesiones de escritura. Todo sucede aquí y ahora. Quizá ése sea un buen título. Al menos uno. 

Títulos alternativos

Buscando en las notas del iPhone, me he topado con una lista de títulos alternativos a El instante de peligro . Le di muchas vueltas para encontrar el definitivo y sólo uno estuvo a punto de ganar la batalla: La imagen verdadera . Hoy, El instante de peligro  me sigue pareciendo el más acertado, aunque Williamstown  o El libro del Clark  tampoco habrían estado mal. Quizá un título diferente habría transformado la novela. O no sé, a lo mejor los títulos son como los nombres, que al final los hacen las personas. En cualquier caso, me ha resultado curioso explorar esa lista de posibilidades que al final no llegó a ningún lugar. Aquí la dejo. Si alguno os gusta más que el que yo decidí, siempre podéis recortarlo y pegarlo sobre la portada. EIY. Entitle It Yourself.   La imagen verdadera El libro del Clark Ruinas Dialéctica en reposo Interferencias La cifra de los años Materia fracasada La historia posible Desvanecerse en cada presente La imagen irrecuperable El hori

Aquí y ahora en Eñe

Queridos lectores –si es que aún queda algún lector fiel al blog–: Llevo un tiempo alejado de este no(ha)lugar. Durante mi estancia en Ithaca, nutrí este espacio de las entradas del Diario de Ithaca , que publicaba tras su emisión en el programa Preferiría no hacerlo . Esos días acabaron. Y también acabó el diario. Sin embargo, tras unas semanas de silencio, no he podido reprimir la escritura y he decidido continuar explorando la cotidianidad en otro diario. He vuelto a la segunda persona y el tono cortante que ya exploré en Presente Continuo, el diario que publicaba en el periódico La Opinión. Y lo he hecho en la web de la revista Eñe . Con el título Aquí y ahora (diario de escritura), cada miércoles, desde hace unas semanas, allí se publica mi nuevo diario. A partir de ahora, iré subiendo aquí enlaces a las entradas del diario. Disfruten ustedes de mi intimidad.

Instrucciones para viajar en el tiempo [O cómo leer a Benjamin mientras ves la televisión]

[Publicado originalmente en Campo de Relámpagos, 30/04/2016 ] Cada vez que vemos, escuchamos o leemos algo no lo hacemos de modo puro. Nuestro cerebro produce montajes de imágenes, historias y emociones. No existe una experiencia perceptiva autónoma; todo se mezcla en nuestra cabeza. Las cosas se relacionan con el antes y el después, y también se yuxtaponen, colisionan y contagian, creando nebulosas y suscitando preguntas a priori no imaginadas. Estas semanas, mientras preparaba un seminario sobre arte y temporalidad y releía algunos textos sobre la filosofía de la historia de Walter Benjamin, me entretenía por las noches en la televisión con 22.11.63 , la miniserie de J. J. Abrams, inspirada en la novela homónima de Stephen King, y con la segunda temporada de El Ministerio del tiempo , la serie de RTVE creada por Pablo y Javier Olivares. Dos maneras de entender el viaje en el tiempo y dos modos de relacionarse con la historia. Un viaje al pasado para intentar