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Mostrando entradas de julio, 2017

Aquí y ahora, 43

[Publicado originalmente en Revista Eñe, 31/65/17] Lunes   15   de   mayo Hoy estás nervioso. Todo el día. Por la tarde tiene lugar el último momento de la novela. Sucede lo que faltaba por escribir. La historia se hace real. La sientes. Te emociona. Todo adquiere sentido. Por un momento, el libro deja de ser una novela y se convierte en lo que realmente es, una historia amarga y dolorosa, una historia que aún no sabes por qué has decido contar. Por la noche, no puedes dormir. Te encierras en el despacho y escribes hasta la madrugada. El último fragmento. El capítulo que faltaba. El más verdadero. Escribes en el cuaderno hasta que te duele la mano, hasta que los ojos comienzan a cerrarse. Intentas ser fiel a la realidad. Ahí estaba la verdad. Una verdad a la que tú aún no habías atendido. La verdad del otro lado. La verdad de la otra cara. La verdad que por fin has conseguido entender. Mientras escribes, sientes las palabras fluir. Percibes la fuerza de la realidad y también l

Aquí y ahora, 42

Lunes  8  de  mayo Temprano, Murcia-Madrid en tren. Aprovechas el viaje y corriges los fragmentos del pasado intercalados en tu novela. Avanzas mucho más rápido de lo que habías imaginado. Te sumerges en la historia y recuperas el tono cortante de la evocación. El viaje se te hace corto. Logras desconectar por completo. Estarías el día entero sentado en el tren con el ordenador. En Madrid te espera Alejandro. Comes con él y con Jesús después de visitar la sede de Akal y programáis los próximos libros de la colección Estudios Visuales que coordináis. Jesús te pregunta que cuándo terminarás tu libro sobre el arte de historia, que ya lo esperan en la editorial. Dices que ya llegará. El próximo año, quizá. Hace unos años el problema era dónde publicar lo que escribías. Ahora tienes la suerte de haber encontrado los lugares ideales para hacerlo. Lo que necesitas es el tiempo para poder escribir. El regreso es rápido y llegas a casa para cenar. Estás cansado, pero comienzas a ver con

Aquí y ahora, 41

Lunes 1 de mayo Todo el día preparando la conferencia sobre el giro historiográfico en el arte contemporáneo. Vuelves una y otra vez sobre lo que ya has escrito y publicado. Tienes la sensación de comenzar a repetirte. Y al mismo tiempo estás convencido de que aún no has planteado el tema tal y como deberías. Lo bordeas, lo llenas todo de sugerencias e ideas, pero todavía no has encontrado la forma precisa para trabajar sobre esta cuestión. Tu pequeño libro  Materializar el pasado  era apenas una intuición. El resto de artículos y conferencias de los últimos años son adendas a esa intuición. Cuando acabes tu novela y entregues los mil textos que ya te reclaman volverás a estas ideas y construirás con ellas un libro que realmente te satisfaga. Eso esperas. Martes 2 de mayo Escribes temprano el diario y sales en coche para Valencia. Comes por el camino y llegas justo para una mínima siesta antes de la conferencia. En el IVAM te espera Álvaro de los Ángeles, que te muestra la e

Aquí y ahora, 40

Lunes 24 de abril Comienza la locura. A partir de ahora, no vas a poder hacer otra cosa que dar clase, atender alumnos de TFG y doctorandos. Eso y poco más. Organizas la clase del máster en Patrimonio Cultural. “Organización de exposiciones”, tu asignatura. Toda la mañana recopilando los apuntes de otros años y pensando en cómo lo vas a afrontar. Por la tarde, dos horas seguidas presentando el programa y las lecturas de este año. Bibliografía comentada. Al final montaréis todos juntos una exposición. Por la noche preparas  la charla del día siguiente en el Festival de Cine y Patrimonio. Vas a presentar  There is a Criminal Touch in Art , la acción que Ulay realizó en 1976, justo cuando emprendía su carrera de artista con Marina Abramovic. Es una de las obras de arte que más te han impresionado jamás. El artista alemán roba un cuadro ( El poeta pobre , de Carl Spitzweg) de la Neue Nationalgalerie de Berlín y, tras despistar a la policía, lo cuelga en el salón de unos inmigrantes

Aquí y ahora, 39

Lunes 17 de abril Temprano, continúas con la corrección de la novela. Comienzas ahora con la parte del pasado, escrita en segunda persona. Es un tono diferente y pasas el día acostumbrándote a una voz martilleante y seca que te recuerda a la que utilizas en este diario. La realidad reverbera en la ficción, constantemente. Por la noche, planchas el traje de huertano para el Bando. Los pliegues del zaragüel son una pesadilla. Mañana vas a parecer un acordeón. Martes 18 de abril Escribes temprano el diario y comienzas a vestirte. El zaragüel, la camisa de lino, las calcetas amarillas, la faja mostaza, el chaleco rojo, las esparteñas atadas a media pierna… es una especie de ritual en el que el tiempo se condensa. Sales a la calle y no te ves ridículo. Se percibe ya el buen ambiente y la alegría. Es el Bando de la Huerta. Es la fiesta de Murcia. Y tú eres un huertano travestido. Comienzas con Marta y sus amigos cerca de la Plaza de las Flores. Allí te encuentras con media Murci

Aquí y ahora, 38

Lunes 10 de abril Amanece temprano en Edimburgo y la luz del sol llena toda la habitación. Desayunáis en casa y salís sin prisa a visitar la ciudad. El tiempo os respeta. Subís hacia el castillo y desde allí contempláis el paisaje urbano. Los turistas miran de espaldas, a través de la cámara del móvil. Los palos de selfi comienzan a ser una prótesis siniestra. A la bajada del castillo hay una fábrica de tartán. Raquel dice que estarías guapo vestido de escocés y accedes a la sesión de fotos. Os visten con la ropa típica y os hacen posar de todas las maneras. Con espadas, con gaitas, levantando el kilt… Afortunadamente nadie os conoce. Por la tarde, después de pasear sin rumbo por la ciudad, quedáis con Luz y su marido, que también están en Edimburgo. Tras más de diez años de contacto por internet, Raquel y ella se desvirtualizan allí. Las casualidades del mundo global y digitalizado. Cenáis en un restaurante cerca de la casa y os recogéis pronto. Antes de iros a la cama, veis

Aquí y ahora, 37

Lunes 3 de abril Sigues sin ver del todo bien. Aún borroso. Por la mañana te cuesta fijar la vista y sólo recuperas el enfoque conforme va avanzando el día. Aun así, te sientas al ordenador y comienzas la semana corrigiendo la novela. Corregir es ahora perder palabras. Eliminar reiteraciones, quitar de en medio lo que entorpece la lectura. Cortar, cortar, cortar. Y también reformular aquello que habías escrito con prisa. Escribir es ahora, en realidad, editar. Montar, reenfocar. Y también dar espesor a la narración. Por la tarde terminas de leer  Clavícula , el último libro de Marta Sanz. Es crudo, duro, en el límite de la obscenidad. Te interesa sobre todo el modo en el que hace aparición la precariedad. Lo frágil. En el cuerpo físico y en el cuerpo social. Golpea en la intimidad que más duele, la que realmente no se ve, la que está detrás de las luces del éxito. Es un libro incómodo. La cotidianidad y la rutina, el cuerpo dañado y la economía inestable, como desvelamiento las ve

Aquí y ahora, 36

Lunes 27 de marzo Sigues sin ver bien por el ojo derecho. En una semana apenas has mejorado. Nada más levantarte, tienes cita con el dentista. Quizá en el fondo sea un problema odontológico. Te revisa y dice que no tienes nada inflamado. Eso sí, necesitas con urgencia ponerte unas prótesis y unos arreglos que te van a costar un ojo de la cara. El otro ojo. Al salir, acudes al médico de familia para que te vea los orzuelos que te han salido y te dé la baja unos días. Con las pupilas dilatadas no puedes leer, escribir, ni prácticamente salir de casa. Te dice que todo está bien, que eso no es nada y te cambia las gotas que te dilatan las pupilas por un ungüento para el orzuelo. Así al menos podrás leer y ver el mundo, dice. Le haces caso, aunque tienes la sensación de que no se entera de nada. Por la tarde, pasas tres horas en la quiropráctica. Te estira, te pone agujas por todo el cuerpo, te sangra los meridianos y te llena las orejas de imanes. Sales de allí medio zombi y sin sab